Algo está pasando con Barbie
- Carolina Amor
- 16 nov 2017
- 3 Min. de lectura
Barbie, la pequeña joya de la compañía de juguetes más grande del mundo, está cambiando. Y es que su físico, sus rasgos y la idea de feminidad que representa se ha quedado anticuada en el siglo XXI, donde la lucha feminista consigue poco a poco minimizar la brecha de desigualdad de género y empoderar a la mujer.
Para volver a representar a una generación de niñas, Barbie ha tenido que reinventarse, cambiar su storytelling y modificar lo que representaba en el siglo XX.
¿Cómo lo han hecho?
El primer cambio de Mattel fue crear una línea de Barbies más actuales, con diferentes medidas (más altas, más bajas, más anchas, más delgadas) y acabar con la figura única, descompensada e irreal de la Barbie tradicional. En total introdujeron casi 33 muñecas distintas con variaciones en el color de la piel, forma del cuerpo, color de ojos y de pelo intentando que cada muñeca identificara realmente a su dueña.

El siguiente paso parece una tontería, pero aplanar los pies de Barbie para poder calzarle zapatos planos y no taconazos fue otro de los grandes cambios de la marca.
Importante también fue la progresiva incoporación de Barbie al mundo laboral. Para ello, no solo cambiaron los productos, introduciendo a Barbie Profesora, Barbie Doctora, Barbie Astronauta...sino que cambiaron el storytelling de sus series, películas y anuncios para transmitir que Barbie enseña a las niñas que juegan con ella, que pueden ser aquello que se propongan.
Basándose en estudios que dicen que los padres actuales invierten más tiempo en jugar con sus hijos, Barbie lanzó el siguiente anuncio, donde diferentes padres juegan con sus hijas a las Barbies. El objetivo no es "hombres juegan con sus hijas y con Barbies", pero sí que es un anuncio que va directo al padre (no nos engañemos, al que compra el juguete), y que por un lado, incluye la figura masculina (está más adaptado y no solo aparecen mujeres) y por otro, lo acompañan con el claim: "cada minuto que dedicas a su imaginación le ayuda a construir un futuro mejor".
La última incorporación es la primera Barbie con hiyab, inspirada en Ibtihaj Muhammad, esgrimista que en 2016 fue la primera atleta estadounidense que participó en los JJOO llevando la cabeza cubierta. La marca está apostando por la diversidad, igual que las grandes firmas de moda en las pasarelas. Esta Barbie saldrá a la venta el próximo año.

Y es que ya no vale solo hacer a Barbie capaz de desempeñar diferentes profesiones, hay que darle valentía y aportarle valores como los que Ibtihaj Muhammad aporta, entre ellos, superación y constancia.
Es algo que no solo hemos visto en Barbie a lo largo de los últimos años, sino que otras grandes marcas, como Disney, también han modificado. Un ejemplo son sus últimas películas, donde la mujer no solo es protagonista sino también héroe de la historia (Frozen o Brave).
Pero al igual que en el mundo real, a Barbie también le queda mucho que hacer en el campo de batalla de la igualdad de género. Es decisión de la marca ir tras los pasos de los avances o tomar la delantera:
¿Cuándo veremos a niños jugar con Barbies en anuncios, considerándolas un "juguete de niños" también? ¿Alguna vez les veremos comprar Barbies como compran Hot Wheels? Esa es la cuestión.
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